Soy quien decide mi camino,
Con pocos amigos y muchos enemigos;
Soy de los que sigue a Cristo,
Dejando bondad paz y respeto,
Hago amigos sin importar el reto.
Tengo en mi corazón sentido verdadero,
Queriendo volar como las aves con el viento;
Buscando salvar espíritus que yacen muertos.
Caminando sin importar el rumbo ni destino,
Fijando mi mirada al cielo, amor infinito;
El eco de mi vida baila con mis acciones.
Con espíritu de niño y mente de viejo,
Saboreo la vida como veneno incierto;
Solamente yo con mi fiel amigo bueno,
Venceremos cuando el bien realicemos.
Como auténticos hijos justos de Dios,
Sin importar la distancia lucharemos;
Con la Fe y el Amor siempre podremos.