Páginas somnolientas al reclamo
aparecen en sus manos
aislado filósofo
con aprehensiva legión de fantasmas
medita.
Subraya musas
con su apasionado discurso reflexivo.
En esta playa de anécdota sin nombre
dictado del íntimo navío
murmuran fragmentos anémicos
frase de nebulosa red verbal
reseca súbito paraíso lírico.
Y envuelve
dolido himno minusválido
del objeto en la pluma y del alma.
El vivo llorar esencia abstraída y pura
procesa profunda expresión
dando imágenes de inorgánica materia.
El Ser de todos los rostros
(Capitales)
Una metamorfosis.
Recrea el edén
de la bestia
o del hijo.
Bernardo Cortés Vicencio
Papantla, Ver; México