Después de estas guirnaldas de amapolas abiertas
rascando los nudos de la vida sin aflorar las horas;
tu tiempo me sabe a cruz en mis horas lapidarias
y con la misma agua del amor en tu bautismo
de seguro mojarán mi muerte.
Las horas exactas de tu tiempo
ya no son las mismas.
Pasos míos recorren truncos caminos
y mudos pájaros el cielo que fue nuestro.
El último eslabón de tu mañana agreste
se quedó en quimeras
y el patio se puso frio en el umbral de mi casa…
vasto tiempo de desolación e incertidumbre
que convirtió el corazón en el único astro de miseria
sobre el universo de pasiones
sin descubrir el sol cada mañana.
Tu tiempo y mi tiempo ya no son lo mismo.