XXXIV
Ven a buscarme o
sacúdeme la órbita
donde habita mi nada inmortal.
Soy un descuido desganado,
soy un caldo de voces en
expuesta lejanía desnivelada.
El sueño mide mis días
mi cuerpo fue traicionado
todo lo que fui
ya no lo es.
XXXV
Privatizaron la espesura
aquí también tendré que
pagar tributo perdurable.
Me doy cuenta, me doy cuerda
me doy gestos confundidos.
Mi sombra no posee espesor.
Prospero en una margen
de esta espesura de nubes olvidadas…
XXXVI
Después de ti el universo.
Después de ti el silencio.
Aprendo a mirar el cielo mirando el cielo.
Entre carteles azules,
el viento estelar trae
a mi peces escarlatas.
Una marea invisible
la siguiente frase es intangible.
A sotavento las lombrices
poseen mis pies.
Gris eterno cordón umbilical
de esta vereda, pies descalzos
musgos en el mar.
Por delante el sol retrae mis uñas.
Después de ti tormenta.
Después de ti irracionalidad.