Te miro,
te acomodas la falda,
aunque te mire a los ojos,
sientes que te envuelve mi mirada.
Nerviosa, inquieta,
te soplas el flequillo...
Nunca hubieses imaginado
que sentirte amada,
fuera un motivo de nervios,
de no manejar la trama.
Cuando en ti me detengo.
Ya no importa esto o aquello,
Que se vaya el mundo por el fregadero,
yo me quedo inmóvil mirándote...