Estas sencillas palabras son solo
Un brevísimo homenaje que me salen del alma,
Por el hombre que ha sostenido con la mano de su corazón
Mi vida entera hasta hoy. Gracias amigo, papá y hombre.
Mi Padre,
Comienzo expresando
Carpintero porque lo fue
De generación a generación;
Era uno de sus amores su profesión,
Aventurero de corazón
En la sangre la llevaba
Pues Magallanes era su pasión,
Su rumbo el mundo,
Cuatro continentes vivió,
Le quedaron cuatro idiomas
La vida, los sueños y una maleta,
Hasta que se enamoró de mi madre
Y allí fue que comenzó la vida para él,
De su amor tres hijos al mundo
Trajeron para dicha y felicidad,
De él,
el amor, el honor, la amistad,
la justicia, la equidad y el
infinito placer de la lectura,
amante de los libros,
el me dejó;
siempre hogareño, nunca faltó.
Siempre ha sido el norte y
El sur de mi vida,
El amigo incondicional,
La palabra oportuna del padre,
El maestro de mis sueños,
Porque los suyos hice míos
Junto a los que tengo yo,
Así como en su profesión
Le daba vida a la madera,
A las almas que le rodeaban
El siempre dio,
Hasta hermano lo sentí,
Respeto hasta donde
Hacía falta,
La risa era su verbo y
Su palabra,
Para él en un contrato bastaba
Un apretón de manos y ya,
Yo hoy sigo haciendo lo mismo
Y me importa un bledo
Un pedazo de papel,
De él esas cosas aprendí.
Aquí en esta tierra,
Donde encalló,
Aquí vivió,
Jamás a sus raíces
Volvió,
Hizo de esta su patria,
La amó en el infinito
Y más allá,
Solía decir de manera especial
Que esta era tierra de ensueño.
Hoy,
Ya casi noventa y nueve años
Después de haber nacido,
Ya no está,
…y como olvidarlo,
Si hasta en lo que hago,
Vivo y amo, él está,
En cada acción, en cada vivencia,
En cada experiencia,
Hasta el amor por su exquisita
Música clásica,
El me dejó,
Él aún esta conmigo,
…y algo más,
Las letras que hoy y siempre Escribo,
es su mano la que lleva mi mano sobre
una hoja de papel en blanco.
Mi amigo Eusebio, Donde te encuentres,
Estoy seguro,
Debes navegar en barcos de madera,
en un mar de sueños, con remos de letras,
y sigues iluminando mi alma con tu
infinita brújula de integridad.
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Carlos Dos Santos Daniel