XXXVII
No adhieren los puntos
en mi interior sombreado.
Él separo mi cuerpo del espacio y
también mi razón redundante.
Un mago saca de su galera una capsula
que detiene el tiempo por varias eras.
Se detendrá este delirio?
XXXVIII
Locuras iluminadas pertenecen al cuadro, al alba sonrojada a las noches desesperadas. A la poesía enloquecida de un cuerpo tenso.
Obsoletas imágenes para ser traza en el cuadro de las vanidades, ilusiones abandonan el virtual papiro. A estas horas soy abanderado del ensueño.
Soy la soledad abandonada en un eco de la madrugada.
Soy dos pies en el asfalto abierto.
Soy rasgos del mundo que me pario.
Todos pedimos piedad la hora de morir, otro ítem de este mundo.
Si alguna esquirla te fastidia puedes apagar el monitor.