Iría y vendría por el rojo caserío de tus venas…
por su encarnado tejado mi ala… en actitud serena
te levaría desnudo del dramático paisaje
que con funeral horizonte cobija tu antigua calle,
donde reptil el alma…
¡está en punto de desangrarse!
Violaría ese cirro de nubes que necio…
¡se atraviese!
aun si por la esmeralda falda, con ácido trino lloviese
o… abajo cada pared agrietada inundase ¡como siempre!
¿De tu vida y su alcoba salina?
¡atrás dejaría su ceniza!
Con vértigo de tamboras te encendería yo… las mirlas.
y… ¿de tu bóveda fría?
¡Mutarías eco de una hoguera viva!
Con inefable sol rasgaría de tu alba… ¡su mustia telaraña!
Sin titubear mis mariposas… a tu deidad carmín aguardan.
Y aun germinado del polvo pegajoso… ¡esculpiré cada latido!
para… con atávico delirio… aun viajero de mi destino…
confinarte con… ¡acordeones y vinos!
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso
Bogotá D. C. Colombia.