Como a Cristo me traicionasteis
me tendiste una trampa
y el Espíritu Santo
me alerto, de tu maldad.
Cuando leas, este poema
tal vez. yo ya no exista.
Quise lo mejor para ti.
Pero tu, te dejaste influenciar.
por mis enemigos, que me envidian
jamas tuve, intención de hacerte daño.
TE BENDIGO y pido a Jehová que te perdone
a los que en verdad, me conocen
Saben que, en mi corazón
solo reina Jesucristo y que
el Espíritu Santo es mi guia.