En mi mente, en mi ser
estás siempre presente,
germinando mi amanecer,
penetrando tu primor,
y sin saber que hacer
no resigno a vivir
sin inhalar el aroma de tu candor.
El fervor crece,
la ilusión decrece,
sin ti la esencia del mundo se desvanece.
Bajo tu ausencia veo cómo:
El arcoíris pierde su color,
el sol se funde a un fúnebre esplendor,
en las flores se agota la inspiración,
y la lluvia congela su calor.
Hasta el zenit del cosmos llegaré,
en busca de un buen vestigio de tus ojos,
bajo el delirio de que tu amor atinaré,
y con el deseo de conectar tus labios rojos.