Yo desconcertado y angustiado.
Tu deslumbrada e ignorante, fingiendo estar ciega ante un amor que solo para ti era invisible.
Tomando mi destino sin mi consentimiento… No hace falta que hables, no… no hace falta, despreocúpate.
Y es que tal vez sea otra de tus hipocresías…
Al igual que yo, susurrándote al corazón mis verdades, y gritándote en la cara mis mentiras.
Entendiendo que tu corazón palpita fuertemente sin siquiera llevar grabado mi nombre,
Será mejor olvidarte, retirarme con una derrota, acabando con mis propios sueños que en algún momento pensé que compartíamos.
Me voy convencido de que hice lo mejor que pude, sabiendo que tu amor es verdadero… Y aunque de ese amor no sea yo el causante, siempre te estaré esperando, obsequiándote una sonrisa… Con la esperanza de compartir un verdadero instante juntos.