Siembro ternura, amor; recojo pena.
escribo poemas a contracorriente,
retrato mi alma, la muestro a la gente
Y a golpes de llanto mi vida está llena.
Siembro sonrisas de fe que resuena
en el desierto gris del ser viviente
algunos se miran y en ellos siente
granitos de mi estatua de arena.
Y voy buscándome cuerpo adentro
llamando a la niña que no encuentro
Y que lleva por nombre melancolía.
¡Ay corazón! ¿Por qué pesas tanto?
Y es que de soledad, dolor y canto
está hecha la tinta de mi poesía.
Antonia Ceada Acevedo