Un día me levanté y te vi
Y me dije que la escritura era lo mío;
Certezas en símbolos y ficciones en palabras,
Creí que la escritura me daría respuestas,
Pero ignoraba el poder de las interrogantes,
Esas rocas picudas que cubren el muelle;
Te quise y por ti escribí:
Poesía, cuento y poesía,
Argamasa de tejidos desérticos,
Todo por ti,
Todo para ti;
Aposté y esperé que te gustara,
Esperé que apreciaras mi esfuerzo;
Tu aprecio más bien trapo roto,
Caridad y abofeteo al orgullo,
Yo no quiero caridad
Ni necesito hipocresía,
Esa espada cortante;
No busco estima
Tus elogios mártires mentales.
Aposté por escribir antes que coquetear,
por escribir tercamente,
Y tal fue me desdicha,
Ahogo entre cementerio embustero;
Nadie aprecia la escritura así,
Nadie es esqueleto vacío.
mí derrota está cantada
Muéstrame esa indiferencia y cadenas;
No quiero tus “te admiro”
Más vale la basura podrida;
No anhelo tus “eres increíble”
Sólo un “te quiero” muy honesto.
Nada más.
Da igual, ya perdí mi apuesta
Ya las callejas están ensuciadas
Por la higiene mental manchada.