Alma al aire

Ver amanecer

 

Vi el amanecer desde mi ventana,

entre el manto del rocío, el sol se levantaba,

azul el firmamento de nuboso peinado

y plateados los lamentos de frescura por la escarcha.

Y en mis ojos que miran sin tus ojos

se enfriaron de orfandad las pupilas cansadas,

contemplando despuntar el día todo

sin un solo rayo que entibiara el alma.

Más la luz suavemente fue subiendo

y el agua de las hojas lagrimeaba,

mansamente, como si con cada gota

se alejara una pena acallada.

Y me vino a la memoria como un ruego

el recuerdo de algo que me habías dicho

sobre eso de estar triste y afligido

cuando afuera todo aún era bonito.

Las hojas se secaban reverdecidas

por el frío que ya tenue las dejaba,

el sol finalmente había subido

y la vida lentamente comenzaba.

Si, afuera todo aún era lindo,

un suspiro se cruzó por mi garganta,

me vestí y me alejé de la ventana

reviviendo las pupilas lejanas.


Te besé con el Pampero y su caricia

jugueteó en los bolsillos de mi abrigo

donde guardé mi mejor poema

para un día escribirlo contigo.