Diego Trujillo

Carta De Despido

Me da igual si te aferras y no lloras. Si en tus noches de cansancio cae la lluvia bajo el techo y después de las 10, aun son las 7, y te miras y te odias, y sobrevives y me amas.

Me da igual si son las 3 y me escurro como fiebre y como recuerdo, y en tu pared me rezo, y detrás de tu puerta me acorralo y entre tus párpados me duermo.


Me da igual si me huyes en los taxis y te llevo a tu destino. Si a las 12, en la prisa de lo inmóvil crees que sola reflexionas. Y te crees tan invisible, y te hablas, y te escuchas.

Me da igual si te mientes cada que cierras la ducha, y te secas y te tapas para esconderte del mundo. Si le dices que no existo y le besas en mis labios. Si le sonríes por sus versos y los comparas con los míos.

Me da igual hoy, mañana y a las 6, si en la calle no me ves y te salvo del camión. Si en la escalerilla bajas y te apoyas en mi brazo y enloqueces y no dices, y sobrevives y no me amas.

Me da igual si sos vos quien me se ha escondido, y te rezas en muros y te acorralas en puertas. Sólo sé que a mi lado estas y soy. Renuncia ya, para siempre, a tu soledad maldita.


Diego Trujillo