ivan semilla

Papá y aquellos felices días

Era un tierno de almanaques gastados

con un rostro que adornaba ademanes

a esos males y esos bienes juntados

por zapatos sin taco que agotaron las giras.


Fué una luz encendida en lo alto,

y un filamento agotado de vida,

parecido a los faros del auto

que dejó abandonado y puteando en la esquina.

 

Lo recuerdo en la cumbre del tiempo

donde curvas declinan sin vueltas

donde rectas se vuelven torcidas

como huesos de espalda,

por audaces piruetas y cansadas rutinas.


Lo he admirado,como un hijo cualquiera,

angustiado del reloj, del destino

que ha sacado todo el jugo del vino

en la mesa tendida de la paz dominguera.


Lo he disfrutado con sus más y sus menos

sus arranques cascarrabias de viejo

con su disco que rayado ofrecía

un menú de variados y sabios consejos.


Fué ese padre que me hizo ser padre

de testigo, de altura,de soga...

¡Fuiste viejo, quien me dío la medida 

del cemento y la arena

y del vino con soda!.


He venido, mi viejito, a traerte

en tu día, hoy, teñido de otoño

a los pibes,

"Los locos bajitos" 

¡tus nietos, papá!

¡los nuevos retoños!


Y también ha ofrecer mis mejillas 

a tus manos de ficcion con historias

y ha ofrendarte este "gracias, Mi viejo,"

por guiarme en las pistas,por marcar mi memoria.