Tengo un amigo anciano
que vive en mi vecindario,
a veces hasta conversamos
cuando la calle cruzamos.
Tengo un amigo pequeño
con menos edad que yo
lo entretengo y lo enseño
y nunca dice que no.
Tengo amigos de mi edad
con ellos comparto mis juegos,
ellos me dan su amistad
y también la mía doy a ellos.
Para mí la palabra amistad
es dulce como caramelo,
es tierna como mi mamá
y sabia como mi abuelo.
Mis amigos son mis amigos
no importan las diferencias
con ellos siempre he tenido
cariño, respeto y paciencia.
Alejandro J. Díaz Valero