Me falta
tanto que asfixia.
Y así me congela
lo que me agota.
Tanto que duele, como vivir,
con el pecho comprimido.
Me falta y resulta tan ilógico,
me perturba, me obsesiona
y me derrota.
Ayer nomás, un ayer solar,
donde un mundo (menos sincero)
fue más querible.