Podrás tener de mármol la mirada
Y la feliz memoria que no olvida
Velar funesta muerte en que coincida
Esa hora por venir y la pasada.
Podrá sentir tu cuerpo la dorada
Quimera del final y la partida.
Y cuando dejes por detrás la vida,
Sentir que fue feliz la madrugada.
Nada serás, más no fugaz pasado,
Solo estarás, más no muerto y dormido,
Entre todos los hombres, tu legado.
Si quien de todo un dios prisión ha sido,
Y si lugar a tanto fuego ha dado,
Al polvo volverá, más no al olvido.