Si tuvieras un instante,
un último e insignificante instante
no como un último deseo
de fumar o hacer el amor
ni siquiera como un último grito
sino simplemente
como un último tiempo,
deberías pensar en alguien y abrazarle
o como un egoísta insalvable
tal vez
pensarías en ti mismo;
es razonable, salvable
salvarte
como un naufrago en el océano de la vida.
Entonces
mírate las manos y cuenta hasta tres,
no llores ni corras,
solo agita el pensamiento
rápido y flota,
tal vez te alcance,
la conciencia es veloz
todo se refiere a la velocidad del olvido
y el sobrevivo
matará al instante sin temores
y como si fuera una mosca
será escasamente aplastado
por lo que sigue.