Proverbios 4: 1
Oíd, hijos, la enseñanza de un padre,
Y estad atentos, para que conozcáis cordura.
Dios no se equivoco y te eligió a ti
Desde el primer momento de mi vida
Has estado junto a mí
Y Fue ahí que comprendí
Que había conocido a mi ejemplo y amigo
Y desde ese instante agradecí.
No hizo falta que lo dijeras
Cuando tomabas de mi mano al caminar
Con tan solo un abrazo ya no hizo falta hablar
Para escuchar claramente que decías:
Jamás te dejare de amar
Y al pasar de los años
Tus consejos me hicieron seguir
Y aunque pareciera que tus pasos van a kilómetros de mi
A pesar de todo, tú me has hecho sentir:
Que siempre caminas junto a mí.
Muchas veces la vida me ha golpeado
Y mis lágrimas derrame
Pero siempre has estado a mi lado
Para hacerme más fuerte y crecer
Sé que te duele mi dolor,
Sé que darías todo por mí, por no verme sufrir
Sin importar las circunstancias o el dolor
Siempre encuentras la manera
De demostrarme tu amor.
Me has enseñado a trabajar, y hacerme respetar
Me has enseñado a valorar lo que tengo
Pero no ser conformista y siempre buscar ser más.
Me has enseñado que dios y la familia es primero
A tu manera me enseñaste a siempre agradecer, amar y orar.
Me has enseñado lo que es verdaderamente una familia
Y has sido siempre mi ejemplo de vida
Me has enseñado lo que es ser siempre fiel y lo que es amar a una mujer
Junto a mi madre me han convertido en lo que soy
Me han heredado su carácter y me han dado seguridad
Pues cada uno de sus consejos son mi tesoro
Que nunca he de olvidar.