Te conocí como la flor lastimada,
aquella con tristeza agonizante,
con ganas de morir y deslizante
hacia el camino de vuelta a la nada;
y me enamoré y tú determinada
en una vía que creí vehemente
enamorada de mi gritaste ante la gente
sumándole todo lo que escribiste,
expresando amor como dijiste
plasmándolo con insuperable emoción
tanto así que hoy escribe un corazón
acerca del mal y el bien que hiciste.
El bien hoy ha de ser que te fuiste
con otro amor que hoy me enseñara
cual es verdaderamente tu cara
y públicamente, como de mi te reíste.
El mal es que tu misma vendiste
completamente ante todo un foro
que el amor que muestras y vale oro
es mentira; - lo mostraste, lo expusiste.
El bien es que hoy sabe quien te tiene,
que hoy a su saber con ventaja cuenta,
pues sabe que traicionas y contenta
sigues y eso, le avisa y le conviene.
El mal es que ante todos te has proclamado
como la misma santa del infierno
cuando prometes y juras amor eterno
y en lo falso lo dejaste demostrado.
El bien, es que de mi se ha alejado
la mentira, la falsedad y la falacia
sinónimos de tu persona y la desgracia
para cualquiera que se haya enamorado.
El mal no es que has obstruido
con tu acción el camino de mi vida,
sino que te has dado por conocida
y con la mentira, también, te han conocido.
El mal y el bien que hiciste han contribuido
a que se conozca como violas los mandamientos,
pues drogas, envenenas y juegas con los sentimientos,
lo sé y sé que con el tiempo… otro… lo habrá sabido…
Alviz Neleb
Junio 17 de 2012
1:50 p.m. - Domingo