Me acuesto en la noche templada,
no hay frío en mi alma marchita,
me entibia el calor del recuerdo,
de tu voz recitando a mi oido.
Me acerco a la aurora del día,
que guarda tu amor en su brillo,
testigo del canto, del beso y el llanto,
se borra del mundo y se lleva mi amor.
Te envío mil besos y amor a tu encanto,
por siempre a tu lado, estaré y velaré,
si dejo de amarte, algún día, cariño.
será por mi olvido, en la vida, en el sol.