velia yolanda mendoza

Noche

Aquí, bajo mi árbol de pimiento

me he puesto a meditar en esta noche

y aspirando el aroma del canelo

elevo ya mis ojos hacia el cielo

y afloran mis más hondos sentimientos.

 

perciben mis sentidos los sonidos

de los grillos detrás de la enramada,

los mismos que en sinfónica orquestada

lastiman el espíritu del hombre

que se duele al compás de su tonada.

 

Fijando la mirada al infinito

e hipnotizando todo mi desvelo,

descubro muy lejana y refulgente

la estrella que tu amaste, incandescente

que por un tiempo iluminó mi cielo

 

Escucho la corriente de aquél río

que da a mi derredor enorme calma

y el vaivén de las ramas del pimiento:

hacen cómplice al viento,  siento frío,

es un frío interior... el frío de mi alma.