Si hubiera un día
y luego un después
yo se que
estarías allí vestida
de aún esperando,
esperándome.
Esperando que surja una noche
de una esquina cualquiera
figura del no se cuando,
del no se donde
ni se de quien,
por la calle del mil olvidos
tarde para ser tarde,
temprano para ser amor,
irán bajando despacio los signos
susurrando el viento en mi pelo
buscando una pose,
un aroma
o un querer a color,
entonces tus ojos se irán llenando de matices
desde los ocres hasta los grises
celeste sonriéndole al tiempo
seduciendo al significado significante
mutando hasta el orgasmo
mintiendo un movimiento
arbitrario acompasado,
brillante
consumiéndonos miedos
hasta todas las verdades
de tantas oportunidades
sin tallo,
sin escrúpulos machos,
lineales,
y yo
sin siquiera
regalarte una flor.