Retumbante y asonante,
voz dulce de mi vida,
mil sonidos tan finos,
que acarician mis oidos.
A mi vida la puedes hacer faliz,
con solo hablarme al oido,
sin detenerte ni titubiar,
solo tienes que hablar.
Sonido bendito de mi vida,
tranquilo y sin causa,
solo hablas cuando suena,
la melodia de tu risa.