La tristeza es un vaso tan lleno
que rebalsa
o tan vacío que duele.
Tan lleno de lo que no hay
o tan vacío de esperanza.
Si no estuviese muy lleno o muy vacío
quizá no sería triste.
Es triste por que hay en demasía nada
o porque hace falta todo.
La tristeza te mira desde adentro
como un perro enjaulado
y te interroga.
Sus parpados hacen volar recuerdos
y aprisionan olvidos.
De cualquier modo
y aunque te laves las manos con luz
la tristeza es adictiva.
Si la pruebas
no te abandona nunca
así mires que te llama el arco iris.