Querido Dios.
Quisiera contarte:
Me siento cansado, ¡ los ochenta pesan !
el cuerpo me dice, que ya no soy joven
la mente responde, ¡ aun estoy fresca !
Si un metro de vida me as otorgado,
ochenta centimetros llevo ya gastados,
si tu permitieses llegare a noventa,
solo diez centimetros, te pido prestados,
prometo pagarte centavo a centavo.
Quisiera a mi hijo, que arranca sus veinte,
pudiera yo verlo llegar a los treinta,
ver que la semilla que antaño e sembrado,
crecer, tomar fuerza, verla dar sus frutos,
saber que mi vida, no la vivi en vano.
Mi esposa y mi hijo, mis grandes amores,
son los dos bastones, en que me e apollado,
Solo son diez años pido me concedas,
diez cortitos años, Señor, ¿ que te cuesta ?.
Despues; contento y conforme dejare esta tierra,
sin pena y con gloria, me sentare a tu mesa,
llevare el recibo del prestamo dado,
verás que este viejo, cumplió su promesa.
Gracias Señor por escucharme,
no espero contestación, sera tu voluntad.
Nicolás Ferreira.