La albura entre tu tez siempre radiante
Alumbra cada noche en un instante
No existe luz intensa más brillante
Ni estrella en universo más distante
Capaz de iluminar planeta andante
Como lo hace tu rostro y tu semblante
Y aunque existen auroras elegantes
No hay ráfaga ni rayo semejante
Ni Soles, ni otra Luna acompañante
Que igualen tu belleza fiel amante
Por eso más allá eres comandante
De mi alma, cuerpo y mundo alucinante
No creas que no existe navegante
Viajando en siete mares inquietantes
Cambiando ser pirata a un almirante
Buscando con su barco visitante
El oro en tu cabello exorbitante
De rizos luminosos fulminantes
Tu vida es armonía impresionante
Mujer, doncella hermosa fascinante
Mi ninfa, dulce Diosa palpitante
Solemne albor de un cosmos excitante
Mi gema, mi esmeralda y mi diamante
La joya más preciosa, ¡la reinante!
No hay versos donde no seas importante
Ni letras que describan lo bastante
El aura de tu piel, lustre constante
Que hace al firmamento más flamante
Al cielo, un paisaje dibujante
Y al mundo, un resplandor de este romance…