Yo tengo tu nombre acá en mi boca,
tengo tu acento en mi oír y aun me toca…
en suave murmullo de tus besos que, cuando loca,
de amor “decías” desmayar …¡¡¡mira que poca….!!!
Ahhh….
Y no pude darme cuenta que jugabas
con este pobre corazón que ya olvidabas,
pues solo las brisas vespertinas sabían que llevabas
algo escondido en ti, …¡¡¡Cómo engañabas!!!.
Mas.
Sé que te amé y tanto a sido
que perdiendo la razón solo te he pertenecido.
Pero hoy que he comprendido ya se ha desvanecido
ese aliento infiel… ...aroma enrarecido.
mmm…
Solo sé de ti que, ya, has huido,
Tan calladamente …y sin hacer ruido,
sin besos, sin llantos, sin desolaciones,
sin nada que afecte a tus …”aspiraciones”.
Alejandro Montes