Esto es una carta para quien como yo...
necesita escribir al viento sin que nadie o alguien lo recoja
y lo entienda en su propia soledad...
Quisiera sentirme en tus brazos, oir tus palabras, oir tu consuelo,
escuchar tus problemas, sentir tus labios... sentir tus caricias
hablar y hablar por horas... que no se acabara el tiempo
que no nos separáramos...
Tengo heridas de amor que no se cierran...
Cada cual tiene su propia guerra!
Las balas del silencio me atacan
y las flechas del amor, son armas medievales pasadas ..
quizá... el amor no existe?
¿Qué es lo que estoy buscando?
P A Z
Ahora duermes... dulces sueños mi amor
Estoy en la trinchera de nuestros recuerdos
donde nada me ataca y solo tu me proteges
me refugio en tu sonrisa que me envuelve
y en este lugar, donde esta tu mirada,
no existe soledad..
donde tus manos y brazos envuelven mi cuerpo
protegida con el tuyo que me dá abrigo
te echo de menos...
Aquí no hay avisos que recuerden que todo vuelve a la normalidad
es "la normalidad" la que es peligrosa
es una enemiga disfrazada
que ataca cuando menos te lo esperas..
y "la normalidad" es como un virus letal
inventado en un laboratorio diabólico
que extermina sin dejar huellas...
A veces, te ponen una dosis pequeña
y los anticuerpos consiguen defenderte del ataque
y remontas a duras penas la batalla,
pero la guerra no acaba..
pero como sabe perfectamente camuflarse
en su caldo de cultivo..."el día a día"
no tiene prisa
y nuevamente ataca...
el virus de la normalidad.
LAYA MIR MAR
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