En defensa
la inmensidad flota
en un arrebato fija raíces
de alegría brutal.
A mi las moscas no me molestan mas.
De cemento… de madera…
Las tormentas de verano
hacen crujir
las bóvedas y mis parpados.
Abrazo la soberbia y
la copa de tus ojos.
Entre las piedras
se esconden los tubérculos
del nuevo amanecer.
Del amor al odio siempre
hay una primavera cerca.
Las imágenes viajan
se detienen en la nada y
ella es la aglutinante.
Lava que funde los designios
fabricantes de anillos estelares.
Entre relámpagos y
sus brillos colaterales
Una lagrima
vehemente tormenta.
Fue un amor la respuesta.