En el año 2010, vine a el Estado de Texas, después de una bancarrota buscando nuevos horizontes, dejando atrás quince años de vivir en el hermoso estado de California, llegué a un pueblo llamado Cactus Texas en el cual no pude encontrar trabajo de tiempo completo, estuve allí tres meses y un amigo cubano me ofreció su casa para ir a una ciudad más grande, en la cual ahora soy residente, se llama Amarillo Texas, y ya instalado en un cuarto prestado, comenzó la odisea de buscar trabajo; pero como yo soy indocumentado, no es nada fácil encontrar trabajo, pero creyendo firmemente en Dios, salía cada mañana con la convicción de que encontraría algo. Pasaban los días y nada, y como dice el dicho ya muy conocido (…el muerto y el arrimado a los tres días apestan…) Comencé a preocuparme. Trabajo hay mucho, y muy bien pagado, pero al revisar mis documentos, no podían darme el empleo, todos los días era lo mismo…¨Señor usted es la persona que necesitamos, reúne los requisitos… "pero" sus documentos no son legales, pasaron los días y se terminaban mis ahorros ya había vendido la van(furgoneta) en la que había viajado desde California, y por la mitad de lo que yo había pagado por ella.
De pronto, recibo una llamada de un restaurante de hamburguesas y me dicen…
-¡… Ven a una entrevista… Por fin tenía por lo menos algo. De inmediato me contrataron, en el turno de noche, y a las dos semanas me llamaron y me dijeron…- hay un problema con tu seguro, necesitas ir a la oficina correspondiente y arreglar eso, oh perderás tu empleo…, Siendo cociente de mi situación legal, sabía de antemano que no había que ir a la oficina correspondiente, y mire a mis dos hijas directa-mente a los ojos y mi corazón lloró calladamente, me metí silenciosamente al baño y encendí la regadera, y empecé a llorar, me hinqué, puse la frente en el piso, todo esto inconscientemente, golpeando no fuerte mente el piso y le dije a Dios…¿Qué pasa?... tu palabra dice que no debo preocuparme que te ocupas de las aves del cielo, que cómo no habías de ocuparte de mi; Vengo haciendo tu voluntad, estoy en esta ciudad alejado de toda mi familia, por qué me has traído aquí?...Tu palabra dice que todo lo que está debajo cielo es tuyo, que TÚ eres el dueño del oro y la plata de este mundo, y yo soy tu hijo, yo no te pido riquezas, sólo quiero un trabajo donde tenga lo básico. Acaso es mucho pedir…?
¡¡B E N D I C E M E,
B E N D I C E M E,
B E N D I C E M E¡¡…
Soy tu hijo, necesito que te manifiestes, no puedo ver a mis hijas sufrir, no quiero llegar a verlas padecer de hambre, y lloré, y lloré, honestamente no sé por cuanto tiempo, esto fue un viernes, el domingo una hermana de la iglesia a la que me congregué, me dijo de un trabajo, que buscaban una persona que no tuviera documentos, para el lunes ya estaba trabajando, en esos días era la única persona indocumentada en ese trabajo, y agradecí al cielo por responder mi petición y recordé otra cita bíblica, pide y te será dado...y una vez más lloré pero de alegría porque tengo un padre en el cielo que escucha y responde.