Este triste frenazo de la vida
ha destruido todo lo hermoso
que siempre me hizo ser feliz,
que pintaba mi cara
con risas y sonrojos.
Han quedado pedazos
por doquiera,
ferrocarril descarrilado
a destiempo, de soslayo miro
trozos en el aire,
jamás imaginados
en tiempos apacibles.
Extraña sensación
esa que arropa
los ojos abiertos por ensueños,
mientras las nauseas
mueven las entrañas,
arrojando los líquidos amargos
jamás por mí, llevados a la boca.
El ayer y el presente
no comulgan en nada,
hay brotes de candela
ardiendo en paja fresca
y está la paja seca
esperando por lluvia.
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MIRIAM RINCÓN URDANETA.