JUEZ y VERDUGO:
Cuanto lloro por lo que un mundo de injustos no perdona no queriendo notar mi presencia, ignorándome tan pronto me sientes llegar a casa fingiendo que estas profundamente dormida, pero has de saber que en tiempos de amor con desamor incluido, la verdad no es algo de escucharse, pero que las sábanas saben muy bien delatar, por lo que tu corazón padece y que tus labios callan celosamente, desviando a veces, nerviosamente la mirada...
Cuanto lloro por lo que un mundo de injustos no perdona al no tener nunca piedad por misericordia, para quien arrepentido llega sinceramente arrodillándose a tus pies, mostrándote diez cruces firmemente formadas en sus manos, diciéndote cuanto lo siento, reflejando la verdad escrita por el alma en mis entristecidos ojos, pero así todo, no volteas un solo instante, continuando en silencio mirando hacia la pared....
Cuanto lloro por lo que un mundo de injustos no perdona, siendo Tú, juez y verdugo, crucificando todo lo vivido y sentido en la piel, olvidando cuando nuestros sueños tenían razón y existencia por ser divinos de verse realizados cada amanecer al despertar, con un beso de sonrisa blanca y una flor recorriendo suave cada rincón de tu cuerpo desnudo, para luego, uniendo lentamente las manos, fundir en una, nuestras vidas.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 20062012 02:00 PM.