Entre luces y sombras te apareces de repente
entre las cálidas brisas que me llegan del mar.
Son como sueños frescos que se suceden en el tiempo
al contemplarte en silencio más allá de la eternidad.
Como si los días pasaran y me atrajera el destino
para hallarte en un camino que me lleve al final.
Tengo en mi pecho un vacío, un espacio sin nombre,
una dimensión sin volumen, una extraña extensión;
¡Ay! ya no estás entre mis brazos, no te tengo a mi lado
y entonces ya no vivo, sólo me muero por vos.
CARLOS A. BADARACCO
19/6/12
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