A veces cuando no sabemos cómo actuar ni qué decir
quizá lo mejor sea ... sonreír.
Sí ... sonreír calladamente
para decir con la mirada
lo que albergan nuestras almas.
Dejar que nuestros ojos hablen
... sin palabras
que cuenten dos historias;
que proclamen nuestras vidas,
nuestras dichas ... nuestras glorias.
Que griten lo que sentimos;
el porqué lloramos, el porqué reímos;
Que expresen nuestro amor y cariño
por nuestros padres, por nuestros hijos,
por la familia, por la pareja ... por los amigos.
Dejar que logren detener el tiempo
y en un murmullo cual suspiro
le digan a todo aquel que los escuche
que siempre habrá un final y un comienzo
y que ambos son inciertos.
¡Sí! ¡Sonríe calladamente y en complicidad!
Aférrate a la esperanza
de que en otro instante, en otro mundo
en otro tiempo y lugar
Volverán a mirarse para así platicar.
Arely