Espié tu desafío
esculpiendo la palabra en el tiempo,
no encontré más que una verdad:
la naturaleza en la garganta,
la humedad que arraiga sopores,
el olor de las entrañas fiel a la memoria.
Y allí, yo,
esperando a mitigar la sed
en la impía sombra de tu roca,
supe dónde soñaba tu deseo
en qué veta se posaba ,
vencida
por la oración de tu célula
conjugué la acción
que estremeció mi alma
… y mi cuerpo.
*
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