Hoy desperté con tu recuerdo en la boca.
Se me escurrió tu nombre al desvelo
se me ocurrió desvelar tu nombre.
Sé que María estuvo la otra noche
arrollando de caricias
[tímidas imperfectas]
la boca del vientre de tu voz dormida.
Como también sé
que no me basta ser yo
para saber que su boca,
no te sabe a la mía.
***
Puedo amarte amor,
despacio.
Sentir el desprecio de saberme ajena,
agarrarme a dientes
y morder mis muelas.
Puedo planchar olvidos,
cocinar las noches,
despiojar las fotos de un recuerdo inválido
que camina
como cuando tu y yo,
embriagábamos las yemas
de las puntas de los dedos
de las putas de los parques.