Una nube manchada de un color moreno
macula con su oscura escarcha el firmamento
e inhabilita la nobleza que a escalas
desprestigia el tormento molesto y la tan reputada dignidad
de seres inescrupulosos de corazón obtuso…
y como se siente uno cuando aglomera
tanta vislumbre en su humanidad,
se le antoja, a veces, en su reprochable vida
gozar de un poco de delirio, excentricidad y antipatía…
La negligencia que se comete al faltarse a si mismo
llega a causar colosales heridas y trastornos significativos…
son marcas tan grandes que ni el tiempo remedia
y seria más suavísimo, sentir, una cuchillada… en el pecho…
Y como se siente uno cuando le da tanto crédito
a las ilustres lisonjas… a esos insípidos disparates,
pues tal como si fuesen coches-bomba de algún acto terrorista
al tiempo estallan desgarrando el alma…
Sube, entonces, a la cúspide de tales agravios,
escupe hacia abajo y calcula la inmensidad de los mismos…
¿Pero como hacen los ojos para ver a través de lo opaco?
¿Cómo ver lo que está oculto en lo invisible?
A oscuras las almas se quedarían sin sentir dolor
sin probar amargura alguna;
pues nadie puede ver sombras en la oscuridad
ni tinieblas en medio de la noche…