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Hace algún tiempo
tengo los nidos rotos
y despavoridas
vuelan las aves,
aunque no son
migratorias.
Hace algún tiempo
tengo el jardín desmayado
y descoloridas
nacen las flores
aunque no son
de tenues colores.
Hoy pienso justos
el huracán y el terremoto,
el desorden y el olvido,
el dolor y la tristeza,
la negación y el desamparo.
Ruego
una tregua divina,
un reposo fortuito.
La tregua llega.
El reposo llega.
Entonces comienzo a creer
que las próximas pascuas
serán siempre en diciembre,
aunque algunos
me juzguen escéptica.