Recuerdame cuando esté lejos
y puedas dibujar en mi rostro una sonrisa,
y la tristeza se haya ido dando paso a la alegría.
Recuerdame en aquellas noches
en que el mundo nos hablaba
al caminar por la vereda donde la luna asomaba.
Recuerdame distante pero a la vez tan cercana,
riendo jubilosa y sobre tí acunada
pensando en el futuro mientras esperabamos el alba.
Recuerdame traviesa, vibrante y hermosa,
llena de vida, de pasión, de esperanza.
No permitas que el tiempo me coloque una máscara.
Arely