46 Poema + 1
de Carlos Casagemas
Dedicatoria:
Este catálogo de catacumbas fue escrito en el la primera quincena del mes de diciembre del 2011 para conmemorar su no 47 años de mi cuñado, Amigo, Hermano Mauricio Borgna. Este poemario nos es una ofrenda….
Agradecimiento: A mi esposa Lorena que sobrelleva mis letanías.
Prologo:
Una breve metáfora para decir que desde tu muerte todo ha cambiado por aquí…
Con La caída de Constantinopla se acaba la edad media en Europa y la caída del imperio romano de oriente. Con el tiempo se cortaron las rutas de negocios a China así el resto de Europa salieron a buscar nuevas rutas comerciales una de ella dio con América…
Llama la atención, estos poemas tiene otro ritmo distinto tienen rima a….muerte
Cementerios de piedras molidas han venido por ti por tu vida…solo pude reconstruir efímera resoluciones de vida en la muerte obviamente que con discontinuados discursos…cuando se siente uno se adentra al espectro de realidad y en realidad son solo poemas como copas de vino a tomarnos en algún momento.
Es extraño; y ya deja de ser el ser pero te he extrañado…
La profundidad de estos poema; deja la introspección para ser arquitectura; toda una visualización de sentir la faena, y dentro de esta hipocóndrica nostalgia sentir algo más que relación detenida de algo inmóvil en un recuerdo de tiempo cosechado...
Todo está relacionado contigo cada punto suspensivo es un recordatorio a cada suspiro en vida.
Mientras más lees, te adentraras a un sentimiento; división del pensamiento, y entre sentimientos recordados; experimentaras la razón tatuada en poemas; combinando la realidad de cada letra leída con la razón de coronar el tiempo en eterno...
La máquina incentiva la garganta a gesticular la voz del recuerdo, el trago amargo deja brotar la incierta y desordenada lluvia que renace de la tierra y en ella su vorágine que se cuela de tus ojos; y en un paralelo con tus dedos... y más cuando le pones un nombre diferente a la realidad y le dejas una surrealidad que pronto es más que lo acostumbrado de recordar –como te recuerdan todos-
Aún tienes de unos trabalenguas arraigados. La sensibilidad, es compleja pero real...
Aquí sólo la poesía se puede dar por metáforas, para describirse por medio de dulce inspiración la apariencia del difunto.
La forma de mostrarlo fue abstracta y clara al mismo tiempo, en la poesía se muestra dibujando al tiempo de verbos.
Recuerden, perpetúen, vinculen que todo fue amor antes de convertirse en cenizas.
Me deje hipnotizar por las pasiones pretoritas exalte las cuerdas los estado del tiempo
Sentí el cielo y consumí el fuego del infierno del Dante.
La enumeración de los poemas se debe a que son la edad del difunto (46) + 1 que debería haber cumplido.
Tal vez los recuerdos, aunque el número está dado por una vida escrita en alguna parte
Su rostro se recuerda al ver las páginas contraídas en el libro que aún yace abierto, y aún se re lee cuando sé está en desvelo...más en estos poemas la razón renuncia de tener razón cuando se logra esbozar un verso y en inmolación dibujar una huella.
Las metáforas son punzante; dolor- fuego que se bifurca, se contrae; y luego descarga, ante la llevadera forma de moldear la expresión en rincones resguardados.
Las células se chocan en parábolas al sentir la sensación de una expresión del interior al ver enloquecido al amor
Soledad palabra mágica de almas indomables
Las cenizas el vivo de la tinta de estos poemas.
Hablar del pasado; es como volver a revivir un lapso, aunque pareciera ser imperecedero es inmaterial...
La añoranza fundida en la nostalgia de perecer sólo en una fotografía, sólo en un verso espiritual que cobra vida en la realidad ya pasada, ahora escrita.
Mientras una espantosa locura machaca y hace de cien millares de hombres una pila humeante -¡pobres muertos!....... Arthur Rimbaud
I
Desde el origen de los deseos a
la entelequia expiración.
Del milagro de las estrellas a
la desaparición de mi humedad.
Que ella no me olvide…
El rio va a la inmensidad de la misma nada.
Un hombre corpulento
cava fosas en el camposanto
ruleta rusa una cruz lleva mi nombre.
Alquitrán de palabras
réquiem a la puesta del sol.
La toma de Santa Sofía
La coronación de los giros de luz
Fugaces palabras en el sitio del amor
No te olvidaré.
Volcán coronado de hielo mortal
la cama desierta al despertad.
Sin piel, sin huesos ni sombra.
No te olvidaré
Improvise fragmentos de la vida,
mi amor, también mi cielo cubierto.
De tus deseos y el tiempo
ahora todo es un acantilado
de reglas del tiempo.
Extranjero entre los verbos
sin padre como ellos
desenvolviendo mi muerte
entre el humo oxigenado
de breves relatos de muertos…
II
Gesticulo y no sale
sonidos de mi bóveda acústica.
No pestañeo, resido en el rosal y sus espinas.
Quede cautivo en el umbral de la sangre.
Otro sol anuncia la armonía de
estar bajo el mantel de tus lágrimas…
III
Pertenecí a la era del acero forjado
a los versos de fuego estampado
en una estampilla encandilada.
Tu amor escalera a la hoguera
Hoy + hoy + hoy
estoy al costado de la vida,
soy mineral.
Hoy soy la escoria fría del amor.
Soy una estrella lejana titilando
por mostrar que aun existo.
Cualquier roca un día será fracción de duna.
Cualquier cuerpo un día será cenizas.
Todas las direcciones dan a ti.
Cada ruego dan en ti, en vida
en tiempo latente
en tiempo esquivo
en tiempo del tiempo
te pertenezco fuego.
IV
Mi cuerpo ofrecido al tiempo.
Envuelto en la ternura de las luces encendidas.
Tu sombra al pasar por mí
engendra gestos con alma de guijarros.
Lanzas el grito… cae el sol.
Inerte, sin voz de protesta.
Ofrezco
mi silencio al oeste del silencio.
No protesto soy piedra.
No protesto estoy ausente del presente.
Envuelto en luz enceguecedora
relevada al último instante.
Soy la amplitud de la pregunta poblada.
Soy la respuesta secreta de la muerte viviente…
V
Simplemente andar por la casa
en la lengua de otros, debajo del sol
por encima del mismo
los ojos del rimador iluminado.
Lanza una palabra incongruente
rehén en su próximo destino.
Una palabra a cambio de tu mundo
enlazada cruz reconvertida.
Tu elegante vestido hace mi sombra.
Las ideas rasan la simpleza del
segundo vencido acuartelado.
El poeta invierte en su andar
a cambio de ser naturalmente
desmenuzado a la vista.
Ha de nacerme el final, ha de crecerme
la rabia, ha de crujirme la carne
cuando sienta la sal tocar mis ojos.
Una buena señal, estoy muriendo
he de soportarlo en el secadero.
El final es continuo acceso a
la cava del amor; nacer, crecer,
vivir el esfuerzo, la prueba es que sudamos.
Mis uñas retienen mortales,
precarios ruegos lastimeros.
Quien ha de negar que la carne
tiene su olor característico.
Voy por el atajo tratando de
recortar mi sombra …ella doblo
por la abertura del comedor.
Moverme, sufrir, tener sed es algo
que no es de mi incumbencia
Una vez más descubrí que soy poesía
un disfraz de paraíso en tránsito
que no posee cuerpo, ni rayos.
A ella le debo mis verbos
VI
Miel – el olor a miel magnitud de vendaval.
Opaco – finito cerrado – eterno – magnitud del verde.
Como ha de permanecer el amor,
si mi luz no se refleja en tu luz…
VII
Mortalmente elaborada
mi saliva masticada
filtró entre mis labios
dieron palabras y
sombras agitadas
Del vertical solo queda
el horizontal
ya se expande el silencio...
VIII
Yo soy el polvo,
velos desiguales.
Soy un charco de aire en algún oasis.
Soy el que dio el salto.
Soy el que cruzo este mundo en 80 segundos.
falta ver… falta ver.
Faltaré ese día también…
IX
Me distraen estos muros oscurecidos
Soy el laberinto.
El que gobierna no se ha presentado.
Bajo el cielo libre discurren las aves
así fue siempre.
Pásame las orejeras
ya me lastima tanta oscuridad….
X
¿Que saben de mí?
Si tan solo deje ladrillos a la vista humana.
Memorias de versos sin rimas.
Resisto crujiendo la cama
en las noches sin mis noches.
Las fibras se rasgan,
se mueven los polos
distorsiono los cristales y
a tu amanecer me despojo
a desaparecer.
XI
Un poema desnudo grita
palabras cerradas.
Las piedras calcinadas y mis oídos
me siento mojado sin embargo
siento el vértigo de vivir aquí.
XII
Luminosa navaja, no basta
para desarticular las palabras
proferidas en la blanca espuma
de las hojas amarillentas...
Al final la tinta se detendrá
en el justo final abruptamente.
El deseo de querer justifica
estas desordenadas ideas
transcriptas aquí por un fantasma.
El corazón se ha derretido
con la caja exterior y no basta.
Imaginaba mi herida es
vivible, visible no duele
no sangro, no deletreo espero
un trozo de brisa antes de saltar.
XIII
Comprimí mi sangre y revente,
decore mis miserias en la
extensa mesa servida.
Ese que juega a las cartas
expiando corderos me castro del
espacio, me abandono en el tiempo.
Mis restos ...mi mujer …si, ay de mi mujer.
La desesperanza es un cordel
de esperanza hasta la hora de
que él finalice su juego y
acabe con mis restos,,,,,
Mi mujer... Si, ay de mi mujer...
XIV
Recortando la pared,
en un sinfín colores en
movimiento; hombres con sed.
Viéndola venir
la palabra es proyectada
una frase es eyectada.
Las pulsiones de los crujientes cojinetes
adornan mis dedos en sufrimiento.
Figurar confusión en la cuarta dimensión.
Tensar los símbolos sin cruzar la vereda.
Diluyente razones cuando se espesa la pintura.
Me aparto y se vienen los gestos
las figuras representativas de
mi media humanidad resuelta cenizas.
XV
Oculto lejos del sol…tus ojos
Mi aliento no calienta mis dedos
etéreos preso de la ley de un
dios adormecido. Entretengo
mis horas extendidas cavando
mi propio cumulo de tragedia.
Avanzo un metro de ensueño.
Avanzo nada por nada
en este tiempo todo es nada.
No atesoro estremecimientos
soy espuma detenida en el
tiempo del mar…sin reflujos.
No envejezco, ni poseo pulso.
Retumba el eco perpetuo
de los transitorios dolientes.
Le temo al agua es la única
que puede diluirme.
El mar se alza en olas y
yo no poseo más yo.
Soy un símbolo del infinito
en mi particular infinito.
XVI
Escucho su temblor.
Resucito por segundos.
El mimo sitio,
el mismo calor.
Quizás fue el amor.
Quizás fue al amor.
El fuego cíclico
puso a sedar mis partes
El fuego…
Quizás fue el amor.
Quizá fue el amor.
Escucho los sonidos del tamiz,
mis contracciones mientras
el viento desfila esquivándome.
Caí al piso ante la luminosidad.
Ella guarda mis recetas
en el respaldar de
las rocas en alta mar.
XVII
Pesa la luna pesa grisácea,
verdolaga eterna mancha... mis pies.
Ella fuerza la tapa hacia abajo,
mi mano suspendida
apenas la nada roza.
Me pesa tu propio peso
cada poro de ella…
Siento o presiento da lo mismo.
Una trompeta calándose figura
de perro al amanecer
cayéndose, callándote.
Pesa la luna, pesa en
mi soledad de trance.
XVIII
Privado del amanecer
la flecha desdoblada no dudo
resuelta me dejo sin forma,
sin sombra, sin nada que mostrar
en la espesura de este bosque
de almas sin poses.
He de develar en el eterno mañana
si podré vivir a oscuras de tu amor.
La ciudad se disfraza una vez más;
el cortejo da la señal,
vos sabes el suelo mojado arruga
mis pies deshilachados.
Te ríes y yo ajeno detrás de la cerca
cerca de ti y tan lejos de aquí.
Voy recordando tus piernas...
Voy recordando tus ojos y tu nariz.
La ciudad se dispara siento escalofríos.
Tus lagrimas dan la señal
Lloras y yo sin entidad de yo
ajeno detrás de ti.
Voy recordándote amor aun sin...organismo
Deje de ser un presagio
deje mi carne, deje mis huesos
deje todo menos el deseo de
amarte otro día más.
Hoy no soy nada mas///
Otra vez cenizas
vivo en la tinta de una poesía.
Privado de amanecer.
A tu costado más...sin conectividad.
Y llegó la hora de mi silencio,
las nubes se alejan de la luna
mostrándome vencido...
XIX
Hasta la carne posee
indiviso proceso poético.
La balanza no tiene voz
sin embargo dicta sentencia.
Un accidente paradisíaco
recorto mis horas y mi crepúsculo.
Conozco quien acarrea
el signo del escorpión.
Tal vez sea él quien
me inspeccione por estas horas.
El día no da tregua.
Quizás el corazón
sea parte del ritual.
Un juego de fuerzas
del destino y el vértigo.
Paseo por el pasado y el futuro
el presente me es esquivo.
XX
Por los ríos navegan los vivos y
en suspensión desembarcan los sucumbidos.
Soy un retrato sin rostro,
sin fondo, sin cuenta
de intuiciones combadas
No tengo sed.
No tengo tacto.
El rio se abre al llegar al delta.
A un lado la vida
del otro lado
mi historia extinguida.
XXI
Estoy en el perpetuo movimiento
de la nada. En esta quietud actual
soy molino sedentario
sin electricidad, ni viento lateral.
Me veras cuando
las tormentas de verano
asuman mi identidad.
Me veras
a lo lejos relampaguear
iluminaré en el vaivén
figuras desprevenidas.
Cuanto más he de quererte,
la eternidad no me detendrá
más allá de la eternidad.
Asumo la realidad estoy quieto,
seco en una caja sin humedad.
Esperanza de pócima
próxima tormenta de verano.
Pronto llegaré…
XXII
No hay paisajes
ni perfumes que husmear
en esta zona de volcanes
entumecidos esperando
por la savia perpetua.
No hay poemas con rimas.
No hay máscaras ni
impresiones que ocultar.
No hay mejillas,
ni ojos que embellecer.
No hay puertas
ni calles que recorrer.
Ni viento... que remolque
mis cenizas a ti.
XXIII
Fui leña en tu fuego
Fui combustión en la hoguera.
Fui cuchillo, césped, fruto del sueño.
Fui manos, pies y
alimento de tus mañanas.
Y hoy no hay más hoy.
Lo vivo es un adolorido verso
un poema sacrificado
en luna creciente.
XXIV
No hui de ti
me eyectaron de mi tiempo.
Cortaron mis fibras
Distorsión, caída y
me dio refugio la sal.
XXV
Las rocas en el rio se contraen.
Mis gritos se contraen,
mis ecos se contraen.
No hay secretos
solo relojes en un baúl
de efemérides sin recuerdos.
Tu disfrazada, yo disimulando;
la montañas erguidas
mañana partículas de sílice.
El mar y su oleaje
suspenderá la cuesta
nivelara nuestro amor.
XXVI
Heme aquí con demasiada paciencia.
Han pasado muchas horas
poseo una conciencia relativa.
Se han inventado los relojes
para torturar lo inventado.
Vean aquí donde nacen
estas palabras secas.
Hubo soles y derretimientos.
Hoy solemne
soy un grotesco gesto,
millones de relojes sin cuerdas.
XXVII
Dos nudos resisten
crujen al filtrarse.
Dos mundos rematan al remache.
No huyo, no me disfrazo.
Soy los dos polos.
Soy la herida del miedo.
Soy la herida del deseo.
Soy la herida del tiempo.
En mi jugaron
las fuerzas del movimiento.
XXVIII
Lugarteniente, cosaco en estas arenas grises.
Afuera seguro ha de nevar.
En la punta incandescente de mis ruegos
está tu imagen, tu garganta… mi transporte.
Tus lagrimas mi humedad.
Soy materia descompuesta.
Soy la decadencia de occidente.
Soy... fui, fui, fui.
Ya no lo soy.
Soy un personaje que vive en el papel
lugar común de los que agitan sus gargantas y
solo se mueven los dedos transcribiendo
palabras abucheadas.
Afuera seguro ha de nevar.
XXIX
La distancia produce crujidos.
La distancia produce ecos enfurecidos.
No soy humano, tampoco insecto.
Soy un grifo que gotea
murmuraciones al vacío…
XXX
Lo que ha vivido ha muerto
lo que ha muerto reciclado.
El viento balanceada
los cabello de mi amada.
Contra las cuerdas del tiempo
ella escucha zumbidos al rozar la caja.
Ella hoy es mi cielo y
yo una estrella sofocada.
XXXI
Toda la madera la queme en nuestro amor.
Toda palabra amorosa paso por nuestras mandíbulas.
Todo barrote fue derretido.
Las galerías se encendieron a nuestro paso.
Fue nuestro el ruido del oleaje del mar.
El aroma del amanecer fue la palabra viva + allá.
Fue el árbol ingenuo + allá y dio sombra.
Masticamos cada palabra suelta
hasta que uno se convirtió en polvo.
XXXII
Mientras el espacio esparcido se multiplica
el tiempo dobla concéntricamente.
Hablo sigo hablando,
escondo el resto de mi sombra
dentro de la estética del silencio.
Hasta que sobre el eco.
Hasta que dilapide el íntimo grito ritual tendré vida.
Los navíos hacen señas en los caminos quebrados;
en lo alto un destornillador quita los tornillos
que sostienen este cuadro desolador y amanece.
Hola árbol sientes mi espalda?
Pues yo no siento la brisa que mueven tus hojas.
A fondo una raíz tramita el pedido capilar
de tomar la humedad de donde sea.
Acostumbrándome a vivir en este tronco solitario
las palabras son descubiertas
ella aprieta, ella sostiene mi epitafio.
Acostumbrándome a vivir ahogado en el camino de las señas.
XXXIII
El tiempo rasa
la esquiva figura sometida.
¿Quien tendrá la certeza
de que sabor será la primera estrella
que sale a poniente del día posterior a mi partida?
Tuve una escasa vida y una larga lista de recuerdos.
Tuve amor y urgencias que desatendí.
Tuve la certeza que fui poesía…
XXXIV
Ven a buscarme o
sacúdeme la órbita
donde habita mi nada inmortal.
Soy un descuido desganado,
soy un caldo de voces en
expuesta lejanía desnivelada.
El sueño mide mis días
mi cuerpo fue traicionado
todo lo que fui
ya no lo es.
XXXV
Privatizaron la espesura
aquí también tendré que
pagar tributo perdurable.
Me doy cuenta, me doy cuerda
me doy gestos confundidos.
Mi sombra no posee espesor.
Prospero en una margen
de esta espesura de nubes olvidadas…
XXXVI
Después de ti el universo.
Después de ti el silencio.
Aprendo a mirar el cielo mirando el cielo.
Entre carteles azules,
el viento estelar trae
a mi peces escarlatas.
Una marea invisible
la siguiente frase es intangible.
A sotavento las lombrices
poseen mis pies.
Gris eterno cordón umbilical
de esta vereda, pies descalzos
musgos en el mar.
Por delante el sol retrae mis uñas.
Después de ti tormenta.
Después de ti irracionalidad.
XXXVII
No adhieren los puntos
en mi interior sombreado.
Él separo mi cuerpo del espacio y
también mi razón redundante.
Un mago saca de su galera una capsula
que detiene el tiempo por varias eras.
Se detendrá este delirio?
XXXVIII
Locuras iluminadas pertenecen al cuadro, al alba sonrojada a las noches desesperadas. A la poesía enloquecida de un cuerpo tenso.
Obsoletas imágenes para ser traza en el cuadro de las vanidades, ilusiones abandonan el virtual papiro. A estas horas soy abanderado del ensueño.
Soy la soledad abandonada en un eco de la madrugada.
Soy dos pies en el asfalto abierto.
Soy rasgos del mundo que me pario.
Todos pedimos piedad la hora de morir, otro ítem de este mundo.
Si alguna esquirla te fastidia puedes apagar el monitor.
XXXIX
Luz roja,
amenaza de muerte
añejados instintos.
El sonido de la herida expuesta,
el viento salado trae danzas sombrías.
Al mar mis palabras
mi espalda sin sujeto
ya nada me separa del abismo.
XL
Acurruco mis gestos
suaves resonancias
recrean mi soledad
en este paraje de señas
al aire los puentes
en ellas las distancias.
XLI
En el escenario
atrapado por sorpresa
apuesto lamidos atrapados
en el rigor de mi subasta.
Puertas y flores secas
una escena fuera del plazo.
Un bostezo sostenido por alfileres
Eche al suelo las usuales monosílabas y
las cubrí con un denso polietileno negro.
XLII
Natural
pequeña bestia
materia viviente primitiva.
Montañas de océanos callados
encallados en un ahogo de margaritas.
Escribir, descuartizando las letras
de una equilatera palabra.
En la explanada
el peso de la brújula
deforma el norte.
Cualquier futuro
es el exilio.
XLIII
Abandone mi ambición
cuando la teoría del caos
do-mi-no mi cuer- po del-ga-do.
Donde están las milagreras de la carne.
A la hora del futuro
el tiempo se envuelve
de tus luces de
tu tenue luz..
Expuesto corazón calcinado
incierto de soles artificiales.
Soy tierra en el sitio,
soy silbido en el tiempo
de palabras transformadas
en aullidos recordatorios.
XLIV
De la sed
que ofrece el deliro
al asfalto desierto
de la nostalgia que
posee nombres, espadas filosas y
densos versos domésticos entrañables.
Muere quien deje de aullar...la la la
Muero al perderme
detrás de la luna nueva
lo imposible es una mirada.
Corazón teñido…
le di textura y color
para esconder
la razón arcaica
luz inicio del fuego.
Donde acurruca el verso?
Donde acurruca mi vida (perdida).?
Desde hoy antimateria.
XLV
En defensa
la inmensidad flota
en un arrebato fija raíces
de alegría brutal.
A mí las moscas no me molestan más.
De cemento… de madera…
Las tormentas de verano
hacen crujir
las bóvedas y mis parpados.
Abrazo la soberbia y
la copa de tus ojos.
Entre las piedras
se esconden los tubérculos
del nuevo amanecer.
Del amor al odio siempre
hay una primavera cerca.
Las imágenes viajan
se detienen en la nada y
ella es la aglutinante.
Lava que funde los designios
fabricantes de anillos estelares.
Entre relámpagos y
sus brillos colaterales
Una lagrima
vehemente tormenta.
Fue un amor la respuesta.
XLVI
Ámame como las hojas
que arrastra el viento y
se reciclan en torno a ti ...a mí.
Ámame como el guerrero
que lustra sus armas.
Ámame como a la desesperanza
que vino después de mi huida.
Ámame como al grito de socorro
al descubrirme flotando en el aire.
Pasa deja que pase
solo ámame en verde.
Soy la receta
la virgen poesía sin destino.
Un enigma vulcanizado y
Así ámame... pues yo te amo…
XLVII
La piedra es retirada.
La tierra muestra su concavidad.
Los gusanos ciegos
blancos por enmascaramiento.
Me contraigo
enciendo los cristales.
Comienza la quema,
la nieve traerá revelaciones...