Llega la hora de dormir
y la noche anuncia silencios
profundos misteriosos,
como esa flor que llevo en mis sueños
para no dormir cuando veo tu rostro.
Te pienso amor de otra vida,
milagro que nunca esperé,
es la noche que pronuncia tu nombre
que yo beso en cada minuto del reloj,
no te escondas en el mar nocturno
te quiero aquí, tan sólo para tenerte
como el agua que dejas correr
cuando tus dedos están demás.
Yo te quiero azul de infinitos
sabores que me aturden,
me desespero besando tu piel,
flor que nace en mis deseos
como la fragancia de tus labios
que se despiden con la mirada de la luna,
con la última luz de las estrellas,
con el canto de las aves amarillas,
volverás cada noche, como siempre
yo lo sé...