Sobre la mar un velero navega…
Va navegando… Despacio…
Muy lentamente quiere ver el ocaso…
Ese ocaso que nos llega,
que nos guía, que nos lleva, …
¡Qué hermoso! ¡Qué hermoso es!
Ese extraño ocaso.
Desde alta mar navegando
se pueden ver gaviotas… Gaviotas volando…
Ora posando tranquilas sobre las aguas,
las olas… del tranquilo océano.
Amigas, amigas gaviotas… posaros…
Sobre las aguas que surco…
Sobre las aguas que besan
la quilla de mi barco.
¡Mirad, mirad! Qué bonito el cielo…
Acercándose esta el ocaso…
Quisiera bajarme del barco…
Andar por las aguas
con mis pies descalzos.
Para no dañarlas, solamente
muy suave acariciarlas…
y, luego volar,
volar como vosotras gaviotas…
para posarme despacio…
de nuevo sobre aqueste barco…
y ver ese hermoso ocaso
que ya no queda muy lejos…
y quiero ver muy tranquila…
¡Aquí!, sentada ¡Aquí!
Sobre este mi barco.
Para poder decir, a gritos…
Sobre estas tranquilas aguas
¡Qué hermoso, que hermoso!
¡¡¡Es mi ocaso!!!