"El amor pasó y se fue, debo admitirlo,/ yo por milagro creí tenerlo,/ jugando al amor sin sentirlo/ y a ser Dios sin serlo".
Voy recogiendo las cartas que me escribiste
y me encuentro con una que es muy triste...
que es precisamente la única que guardaré,
porque habla de todos los errores cometidos,
de tantas culpas y tantos perdones concedidos,
de lo importante que olvidaste y que yo olvidé.
Oigo y borro las canciones que nos gustaban,
pero una me recuerda las horas que pasaban
sin que mediase una palabra entre nosotros.
Era una música que poníamos para no hablar
y por eso mismo nunca la pudimos disfrutar
y en el entorno mucho más la disfrutaban otros.
Trato de no ir a donde solíamos ir muy juntos,
pero hay un lugar en el cual aclarábamos puntos
y terminábamos ambos inútilmente discutiendo.
Ese lugar donde tanto discutí y tanto discutiste,
ahora imagino que ya no está, que ya no existe,
aunque la gente me diga que lo sigue viendo.
Hay cosas de ti de las que ya voy a deshacerme,
pero hay un perfume que aún logra envolverme
y en ese, tu aroma, sin poder evitarlo me pierdo.
Imagino algo similar a un gran río en mi mente
y alguien desesperado lucha contra la corriente...
Soy yo luchando inútilmente contra tu recuerdo.
Estoy tratando de esconder todas tus fotografías,
pero hay una que me recuerda mucho esos días
en los cuales entre nosotros se perdió el respeto.
A todos les parecía que nuestras cosas iban igual,
pero que nos estábamos llevando ambos muy mal
justo en aquellos días dejó de ser un gran secreto.
Quiero borrar ahora tus besos de mi boca,
pero una huella de tus besos me provoca
y mis labios arden aún por tanto desearlos.
La verdad es que ahora, entre tanto decir,
aunque me pese debo ser sincero y admitir
que no tengo una manera de reemplazarlos.
Estoy muy decidido a olvidarme del amor,
pero hay uno que se mantiene y causa dolor
en mis adentros, en todo mi sentir de hombre
y aunque por lo absurdo no me puedas creer,
por dentro de mí me gustaría no saber leer
porque por todas partes sólo veo tu nombre.