Te busco siempre, en donde nunca estas
y me pongo a conversar con la sombra que olvidaste
con las mismas energías.
Te arrojaste, como al vacío; en mi recuerdo.
No hay propia acción de renunciarte
y te sorprendo en jardines espontáneos.
¡Todo es drama eterno, que impresiona; al azar!
Me succionas como arenas movedizas
obligado el esclavismo de serte fiel.
¡Pero este que te busca no soy yo!
“es el otro”
Que se quedo buscándote:
En cada persona
en cada aurora
en todo lugar
y en todo tiempo.
¡Fundamentalmente!
Se aferra a que nunca te fuiste.
Y es cruel ser, el otro y yo.
¡Ni el viento sabe donde esta y se vuelve loco!
He gritado tu nombre con la boca de un trueno
y explorado tus pasos con la palma de un rayo…
Es tenaz mi buscar, incansable; e ilógico:
¡Que te encuentro…
En donde nunca te encuentro!