Yo también la quería con locura;
el relámpago efímero en sus ojos
era luz que esfumaba la dulzura
de besar con pasión sus labios rojos.
Yo también la quería, no lo niego,
pero el miedo de príncipe cobarde
que cabalga silencio frente al fuego,
conquistó las cenizas, ya era tarde…
Yo también la quería en mi destino,
pero un día cansada la esperanza
se salieron sus huellas del camino
y en la orilla murió por mi tardanza.
Yo también la quería aquella vez
mientras ella sufría mi mudez.
Copyright © 2011 José Luis Calderón.
Del libro Raíces de la Marea.