La cabeza que descalabra y tuesta,
es la punta del iceberg derretido
la nívea y gélida, aversión que el latido
ha pisoteado bajo el árbol sin repuesta.
Enarbolas lejos la bandera que recuestas
trazos de capa del emblemático vencido,
apoyados por las huestes de razones que han surgido
de los horizontes y de albores sin respuestas.
Hay un dejo en la parafernalia y un regreso
no hay elogio al que critica con exceso,
y su razón es verdad, sin miramientos
que rompe toda barrera y sentimientos,
de aquellos que confabulan en el proceso
al escoger en írrito consenso.
EPEV- Poerrante. 18/06/12