flack

Atender a tu rostro.

El atender a tu rostro

embarga a mis ojos

de su tiempo,

y no es dueña mi

mente en su pensar;

que bendición la mía

en tu sonreír.

Mientras pleitesía

eterna guarde por

tu mirar,

rendiré a Dios

cualquier plegaria,

por regalar el ver

tus facciones sin igual;

pues la vida, me mantiene

en tu hechizo,

atrapado en el ardor

entrañable de tus ojos,

deseando vivir del

rojo suelo de tus labios,

y del vaivén de tus cabellos 

libertad gozar.

Deseo sólo mirar, no tocar

ese rostro que de bello

todo lo tiene,

adentrarme sin invitación

a su sonrisa,

y tenerme por más

dichoso, al volverle a besar.